lunes, 6 de septiembre de 2010

SUBMARINO de Thomas Vinterberg - Luchar por ti

LUCHAR POR TI es concentrarte en el ahogo, no en el aire. Entonces tendrás un rostro aunque lo encuentres debajo del agua.


SUBMARINO está basada en la novela del joven autor danés Jonas T. Bengtsson. Según palabras del propio Vinterberg se sintió atraído por el lenguaje directo del libro, por la verdad descarnada que surge de las páginas de la novela y que le recordó sus primeras películas. Eso ya es toda una confesión de las intenciones del director.
El tema significativo y universal: MANTENERSE A FLOTE, gran tema para volver al cine que se respira y se late, al cine que afecta, al cine que cuenta lo que no se cuenta (!y cómo lo cuenta!), al cine que se necesita en estos momentos y por todas estas razones y a pesar de las palabras desengañadas del director "para mí DOGMA 95 está muerto, era una revuelta contra algo pero se convirtió en moda y murió", eso es lo que hace el sistema, todos lo sabemos y probablemente Vinterberg lo sepa todavía mejor y como buen zorro está disimulando, el sistema fagocita y el artista se deja fagocitar por un poco de fama y dinero, puta barata del éxito y las financiaciones para nuevos proyectos (no todos los artistas entiéndase!) y a pesar de esas palabras esta película huele a que Vinterberg está volviendo a sus orígenes y a la carga y más entero que nunca como director: con una película de bajo presupuesto, repensando con maestría y sentido a la nouvelle vague en citas refilmadas que saben a mirada crítica, a reencuadre para contar lo que hay que contar, a búsqueda y redescubrimiento de los márgenes exteriores del encuadre que pueden esconder y esconden al perseguidor o torturador, discurrir del tiempo y del sujeto reales à la Hanoun, crudeza del neorrealismo, severidad ética con los temas de Renoir y Bresson y ...Dogma95, por supuesto, no podía ser de otra manera.Bienvenida sea Submarino y sus tonos fríos como el agua del mar donde nada es casualidad aunque lo parezca, donde el dolor se sucede con la indiferencia que lo acompaña también en la realidad, con la indiferencia de incluso aquellos que lo sufren. Si, ese es el gran tema de SUBMARINO, la indiferencia hacia sí mismos de las víctimas que sólo encuentran la fuerza de voluntad en otro, en este caso en un niño. LUCHAR POR TI.
No Vinterberg no fanfarronea de ser el mejor director del mundo como tristemente hace el enfant terrible de Lars von Trier cuando no está en lo más alto del podio de los mejores festivales, para captar la atención con pataletas y no con cine, Vinterberg está por la labor, vuelve silenciosa y discretamente a la revuelta con SUBMARINO, una película que no es de superficie, sino de cargas de profundidad y aunque entronca con Celebración y en cierto modo la continúa, donde aquélla arañaba las apariencias de la alta sociedad danesa entrando en los secretos de abuso infantil de una familia aparentemente bien para dejarnos a la vista una podredumbre de la que todos los invitados se hacían cómplices por cortesía con el anfitrión para no estropear la velada, Submarino nos pega a los talones de los dos protagonistas,  tanto que no vemos en ningún momento a sus perseguidores o debiera decirse "torturadores" (que quizá seamos nosotros mismos, la sociedad que se deja fuera de cuadro, que observa de cerca, el espectador) y en silencio asistimos a los rituales de la tortura conocida como Submarino y da título al largometraje y que consiste en mantener la cabeza del preso debajo del agua. Y es a nosotros a quienes mira Nick cuando rompe la regla de mirar directamente a la cámara como pasaba en las películas de la nouvelle vague. Una película dura, que no hace concesiones ¿Por qué tenía que hacerlas con el espectador? Todos somos culpables de que haya gente a la que no se le dé aire para respirar. Todos estamos demasiado concentrados en respirar, en seguir respirando.
¿Por qué? o Luchar por ti
En Celebración, Christian, el hijo mayor, ha decidido ir a la fiesta de su padre no tanto para destapar la verdad, aunque también, como para averigüar ¿Por qué? ¿Por qué abuso de ellos su padre? Y el largometraje es una evolución hacia la respuesta, que es destructivamente sorprendente: Porque no valiáis para otra cosa. Esos pensamientos sobre individuos  permite la familia, esos pensamientos permite el sistema. Esos pensamientos nos encadenan porque inevitablemente la generación que nos precede es la que nos amamanta o nos condena, la que nos da o niega el aire. Y ese poder se va pasando en la vida de una autoridad a otra, entendidas en toda su amplitud: Estado, Padres, Empleo,...
En Submarino, ni a Nick ni a su hermano se les pasaría por la cabeza preguntar por qué se les condena. Cambio de contexto. The Five Obstructions.Tan cercano a Lars. (¿Es lo mismo comerse una cena decadente de 30 mil dólares en tu bungalow de propiedad o en una mesa montada  en medio de los suburbios de Bombai, ante la mirada de niños hambrientos? Hay quien responde sí y está dispuesto a hacerlo incluso. A eso se le llama defender una forma de vida a capa y espada o unos privilegios). The Five Obstructions. Pero no es difícil  deducir que la respuesta a ese por qué sería la misma si  es que importara la pregunta, pero la pregunta es irrelevante porque en Submarino los infiernos ya están asumidos. El condenado los siente casi como su culpa. Acepta sin protesta el círculo vicioso del que no puede salir.
Excelente interpretación y dirección de actores, especialmente, el personaje de Nick sin pretender la empatía nos interesa por su humanidad, por su ternura y su corazón en medio de la brutalidad y de la falta de horizontes. A veces, cercano al niño de los 400 golpes de Truffaut que todo lo soluciona caminando, eterno perseguido. Pero ¿Quién persigue? He ahí la cuestión. A veces, Nick nos mira., nos busca los ojos.  El final nos da  también la persecución-cita del final de Sin aliento de Godard, rodada a la inversa, para mostrar  a la policía, la autoridad. que corre detrás, pero sobre todo, para ensalzar al perseguido, no romantizarlo, no mostrarlo cool, pero mostrarlo bien para que se sientan sus costillas metiéndose hacia dentro, el miedo en la garganta, para que lo conozcamos, porque quizá así...a dream, a dream. Como en un crimi, oculta Vinterberg al perseguidor fuera de cuadro hasta el final. Y para ello, Vinterberg planifica distinto que Godard y ahí es donde se asumen compromisos. Ha filmado a sus protagonistas por la espalda cuando avanzaban por las calles de la vida, caracterizándolos con sus movimientos tan característicos, pero a su espalda siempre hay alguien por eso lo filma así. La mirada del espectador en el cine, heterodiégesis, la imagen construyendo la mirada del otro, el que está fuera, como parte integrante de la película (Si Hyeronimus Bosch levantara la cabeza tendría un orgasmo, los caminos que abrió él que intento ver a quien miraba sus cuadros) Se sentía fuera de cuadro al perseguidor (entre los posibles el espectador). Tampoco planifica como Truffaut. Se queda con la angustia del niño que camina sin rumbo para hacernos niño a Nick,  para recordarnos su inocencia de las primeras escenas, todos llevamos a un niño dentro, nos dice. Todos merecemos una vida feliz. Pero esta es una película de víctimas y verdugos con sus roles muy asumidos. No planifica una imagen de una desolación, es coherente con su pregunta: ¿Quién persigue? Lo filma de espaldas, lo filma mirado, objeto de otro. El torturado sufre su dolor con indiferencia, pierde una mano como si fuera lo más natural del mundo, se acepta todo y ,a veces, se respira. De hecho, probablemente el público ni haría el menor intento de comprender a Nick, un parado que vive del Estado, ni a su hermano, camello y yonqui, de no ser por las escenas  iniciales en que aparecen como niños o la tierna relación entre padre e hijo. Esas personas no merecen normalmente nada, según los valores dominantes, valores de lo más dudoso y apestoso que hay, dicho sea de paso.

¿Asumir los infiernos? ¿Asumir la responsabilidad de luchar por ti para que por lo menos a ti te vaya mejor, luchar por los hijos, sacrifícándose a uno mismo?  ¿Es esa la propuesta de Vinterberg?
Personalmente creo que SUBMARINO va más allá. Confluyen diversas estrategias en la película y aunque con el final tiene lugar una reconciliación entre generaciones: no es que no valgamos para otra cosa, ese es el discurso del poder, su tortura, su forma de manipularnos, es que hay que tender una mano y creer en las posibilidades del individuo siguiente.
Pero también en las posibilidades del individuo actual: Luchar por ti, debe ser luchar también por mí, es no caer en la trampa de la renuncia de nuestras propias vidas en pro de un futuro mejor para nuestros hijos que puede que nunca tengan aunque lo intentemos, porque justo eso es el submarino, una tortura basada en que el individuo olvide el ahogo y se concentre en el poco aire que le dejan respirar. Justo eso no hemos de hacer cuando somos torturados, el ahogo ha de convertirse en la obsesión y nunca hay que olvidarlo sólo porque se saque a ratos la cabeza. Ese estoy segura es el mensaje sumergido que construye Vinterberg con Submarino, un sentido construido con tal sutileza de relaciones entre lo que se dice y no se dice, lo que se hace y no se hace y siempre con el significado del título que me hace quitarme todos los sombreros que llevé y llevaré en la vida. Y además con una participación tan activa del espectador...Gimme Danger, little Stranger!!!

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