viernes, 23 de julio de 2010

Ricardo Coral Dorado - Cine denuncia entre Dante y el Chucu-Chucu

Tuve como profesor de dirección en el máster de dirección al cineasta colombiano Ricardo Coral Dorado. No se daban las mejores condiciones para hacer cine: los másters de cine son sólo un puto negocio. Pero hoy puedo considerar a Ricardo un colega y recordar que aunque entre malos tangos argentinos donde sólo importaba "llevar"  me hablaste de Noel Burch y Eisenstein, te apasionaste con Dreyer o con el nacimiento de las naciones y  que merece mucho la pena hablar de tu cine denuncia entre Dante y el Chucu-Chucu y sobre todo de la necesidad que hay de alzar de la voz.
Junto a Victor Gaviria, se  puede considerar a Ricardo Coral uno de los más rabiosamente independientes y prolíficos guionistas y directores colombianos. Por aquel tiempo de máster, Ricardo sacaba nueva cinta a la calle, "Una peli". Antes estaban, entre otras, "Posición viciada", "Es mejor ser rico que pobre" o "Te busco". UNA PELI, es un proyecto muy peculiar que pretende denunciar las crisis y las carencias de la humanidad provocadas por el consumismo y la manipulación de los medios de comunicación, así como la política y lo hace mediante la historia de un bar que va a ser expropiado, pero que pueden salvar entre todos si asumen responsabilidades, fundan un colectivo y se aprietan el cinturón hasta sacarlo adelante. Vía la experiencia de este colectivo y a través de múltiples sketches musicados o no se nos deja ver la trampa del sistema que repercute en nuestras vidas y nos condiciona las formas de vivirlas, las formas de amar y un largo etcetera de condicionamientos a los que un colectivo y gente unida parecen poder hacer frente. Es, sin duda alguna, una posibilidad. También una posibilidad para hacer cine.
"Una peli" tuvo además también una peculiar forma de producción colectiva: cada uno de los 36 miembros de la producción colaboró con algún equipo, maquinaria o ideas. De esa manera no solo lograron realizarla sino divertirse mientras trabajaban en su proyecto. El film es un trabajo que salió de la unificación de varias películas, es decir cada integrante del film concretaba la película que se había hecho en su cabeza.  Es una película inequívocamente vanguardista. Libertaria en esencia tanto por su concepción como por su contenido. Fue rodada en digital, a tres cámaras, en quince intensos días por un grupo de personas apasionadas por la creación artística. El texto base fue una escaleta en la que se describían las escenas pero que carecía de diálogos, estos fueron creados por lo propios actores a través de improvisaciones durante los ensayos y en el rodaje. El resultado fueron 36 horas de material que después de una ardua tarea de montaje se redujeron a los 77 minutos que dura la película en su versión definitiva.
Pero todo el potencial de este director colombiano no encontró eco en Barcelona y regresó a Colombia. Porque a Barcelona no le interesa hablar del problema de la vivienda llegando hasta "las camas calientes", mejor pararse en la realidad del piso compartido que suena a estudiantes, a jóvenes y no mancha. Porque Barcelona no quiere que los desesperados bailen chucu-chucu en sus tejados y por un momento, incluso siendo "sin papeles" puedan parecer tan hermosos como la luna llena. Porque Barcelona no quiere un camicace suicida frente al Macba ni que la gente entienda por qué un padre en una situación extrema se ata una bomba al pecho y también lo está haciendo por el futuro de sus hijos. Hablo del proyecto Calle Luna, que no encontró eco. Cómo iba a encontrarlo.
Lo que Barcelona quiere es seguir contándose la misma mentira una y otra vez hasta poder creérsela: Turis americanos visitando vacíamente la ciudad vacía, pero sin polvo que guardan como oro en paño los que la están construyendo, vida bohemia y ligera y copulaciones entre hermosos y excéntricos artistas con bungalow y descapotable y esos turis americanos también hermosos, clima de vacaciones, todo ligero. La lucha por hacerse con el nuevo París neoliberal. Por la capital europea de moda, del pseudoarte. Y la clase alta y sus lugares, protagonistas de la representación fílmica.
Os animo a visitar la filmografía de este director colombiano:
http://www.coraldorado.net/
Para más información sobre la realidad colombiana:
coraldorado.net/libertaria
Suerte para esos proyectos, Ricardo. No os perdáis el vídeo.







 








http://www.coraldorado.net/

sábado, 3 de julio de 2010

CANINO – Una película de Yorgos Lanthimos

¿Cuándo seremos suficientemente mayores para tomar nuestras propias decisiones?

Estamos ante un acontecimiento cinematográfico.
CANINO es una película absolutamente imprescindible.
Merecidísimo, el premio de la categoría “Una cierta mirada”, otorgado por el Festival de Cannes 2009, festival que dicho sea de paso y aunque se pueda estar en contra de los festivales por muchísimas razones y especialmente contra éste, ha demostrado en varias ocasiones tener el mejor ojo intelectual y una cierta insobornabilidad ante las grandes producciones, argumentos ambos, que en este caso no dejan pasar desapercibido un largometraje de bajo presupuesto, de un director poco conocido, pero que derrocha inteligencia, riesgo y originalidad en sus estrategias enunciativas y hace de la sencillez y la contención, esas habilidades que lleva tanto tiempo y esfuerzo adquirir, sus principales bazas en esta hora de crisis en que las majors y los grandes productores abrevan en remakes, adaptaciones de best sellers sin carne ni ojos y los efectos especiales por los efectos especiales. Es sin duda, cine de autor. A la zaga de Renoir, Bresson, Hanecke, Lars von Trier. Cine genuinamente obsceno donde lo haya en cuanto a su valor desautomatizador, no cine industria.
A las salas, llega CANINO con pocas copias y precedida de breves reseñas que ya la clasifican como exótico y extravagante drama-comedia familiar (comparándola incluso a la ligera road movie Mrs. Sunshine) o como película sobre una familia disfuncional llevándola al terreno del terror psicológico que es como triunfó en el Festival de Sitges, reduciéndola a un caso aparte y raro, casi monstruoso, o las que buscando proyecciones más universales la leen como parábola de los totalitarismos. Es decir, territorio familiar exótico o territorio político históricamente superado por las bendecidas democracias. La bomba parece así desmantelada por los primeros artificieros, pero para el espectador que atraído por lo raro o lo exótico acuda a verla, volverá a montarse minuto a minuto en la sala oscura porque CANINO es un artefacto elaborado con mucha sustancia gris y muchas ganas y la dosis justa de ofuscación. Cuando vuelvan a encenderse las luces se habrá operado un cambio en el espectador: una angustia se habrá apoderado de él, se la llevará en el estómago y cargará con ella durante varios días porque CANINO nos cuenta la historia del adiestramiento para la sumisión no desde una metáfora, algo externo, sino desde el yo de una metalepse espacial que permite con la inmersión ficcional el cambio de nivel al espectador, hacia un nosotros de individuos diferenciados. No un ratito de identificación o empatía con las peripecias de los protagonistas. Ese no es el planteamiento. Se convierte también en representación de nuestra representación no porque la vivamos desde la identificación sino porque buscamos nuestro propio referente al convertirla en nuestra propia recepción y hacemos un camino recordando frases automáticas de nuestra propia memoria de adiestramiento y que siempre están ahí, acechando, por ejemplo, no muerdas la mano que te da de comer..., harás lo que diga mientras vivas bajo mi techo...si no le gusta lo que hay, coja la puerta, hay cien que se matarán por su puesto de trabajo... Toda la película es un planteamiento que nos pide recuestionarnos el referente, que nos muestra los desplazamientos, la pérdida de las presencias y la fe en las derivaciones a partir de la repetición, de los simulacros o incluso las invenciones desde la nada. La maquinaría es lo suficientemente potente, el humo es mucho. Deus ex machina. Y esa es la angustia que nos llevamos en el estómago, la angustia de todo lo que nos han robado y ya nunca volverá a ser nuestro. No habrá futuro si permites que te roben presente, pasado. Pero también la transparencia de los mecanismos que adiestran  comportamientos hacia lo canino. En mayor o menor grado, según la coyuntura y sus necesidades. En palabras del propio director al ser entrevistado y a propósito de los referentes: “La gente cree que entiende cosas que no ha visto nunca siguiendo lo que ofrecen los medios”.
Quedémonos para empezar con las palabras que tiene para su película el propio Lanthimos:

“Es una especie de película de ciencia ficción, de unos padres que piensan que la familia está en peligro de extinción y deciden crear un mundo dentro de su propia casa. Un mundo aislado con reglas diferentes y el lenguaje como principal fuente de comunicación era el primer cambio que había que mostrar”.
Pero el lenguaje es mucho más que eso para Lanthimos. Ya, Tinyanov, formalista ruso, dijo que el lenguaje era el lugar donde se encontraban todas las series. Probablemente Lanthimos no sólo le daría la razón sino que sería capaz de parafrasear El orden del discurso de Foucault “...el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas y los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse”. ¿Para qué? Para producir la verdad y controlar asimismo el procedimiento de exclusión más poderoso de nuestras sociedades: la voluntad de verdad. Extensible al bien para todos y todas esas idealizaciones que abren la puerta al control en nuestras sociedades.
De ese modo, el individuo fundador del discurso es también el que funda los horizontes de significado, el que constituye dominios de objetos (paradigmas) a partir de los cuales se afirman o niegan proposiciones verdaderas y falsas.
De eso trata CANINO a grosso modo, del sistema de desarrollo del discurso del control.
En esta familia compuesta por padre, madre, dos hijas y un hijo, los padres controlan el discurso, determinan las condiciones de utilización e imponen a los hijos reglas en condiciones de no intercambiabilidad. Les crean un mundo a su medida. Ellos hablan e instruyen y los hijos escuchan y acatan las enseñanzas. El lugar es una casa apartada, rodeada de un muro de la que sólo el padre puede salir para ir a trabajar. El umbral hacia el mundo exterior sólo puede cruzarse en coche y una vez se esté preparado para los peligros y desafíos del mundo exterior, es decir cuando uno esté preparado y se haya hecho mayor. ¿Cuándo serán lo suficientemente mayores para asumir sus propias decisiones? Cuando se les caiga el diente canino derecho o el izquierdo. Esa es la respuesta de los padres. ¿Cuándo podrán conducir? Cuando les vuelva a salir. 
Sea como sea el adiestramiento funciona y hacerse mayores no parece obsesionarles, a su manera el hijo parece totalmente feliz y convencido del método (quizá porque cuando le llegue el turno será el padre), la hija pequeña encuentra disfrute en usar las reglas para su propio poder y tiene cierta conciencia de su arbitrariedad, sólo la hija mayor observa de cerca sus caninos deseando la caída de uno de ellos. Y es que según el mismo director: “Controlar absolutamente una mente humana está abocado al fracaso”
Asistimos a su vida diaria. A su adiestramiento. A las improvisaciones de los adiestradores alterando los significados (coño es una gran lámpara que apaga o enciende una habitación) o intercambiando los referentes (un avión real por una maqueta) sobre la marcha para tenerlo todo bajo control, a cómo eliminan los problemas que surgen de los contactos con el exterior con mano dura y al fortalecimiento del cumplimiento de las normas con castigos y premios y del vínculo de agradecimiento y deuda de sus hijos para con ellos por prepararles para el cruel mundo exterior y protegerles de él hasta que estén preparados.
CANINO podría haberse quedado en una metáfora, pero ha optado por ser una película más abierta. Su director ha usado la sustancia gris y le ha dado muchas vueltas a la pregunta ¿Cómo represento la representación? ¿Cómo hago para que se vea lo que no se ve? ¿Cómo creo con la representación que me anula mi sistema de significación? ¿Cómo duplico internamente el cadre? Y lo hace con la vertiente espacial de la metalepse, se sirve de la locura (usa así también de paso uno de los procedimientos de exclusión del discurso para legitimarse y crearse la posición en él), del comentario (recepción) hecho por la instancia narrativa.
La metalepse es una figura de transgresión y es una figura que reflexiona al mismo tiempo sobre la cosa y sobre su representación. Lanthimos hace con CANINO la película de lo representado que se representa para que se vea lo que no se ve, invierte los niveles y le ofrece al espectador una experiencia nueva.
Quizá la clave esté en el lenguaje, yo termino con unas palabras del director a propósito de la crisis y que cada uno lo lea a su manera, para mí CANINO es también una película de la crisis y de un sistema en extinción, quiénes serán adiestrados y para qué comportamiento y a propósito de qué deuda, queda por ver. Quizá la clave esté en el lenguaje.
“Y todo el mundo habla de crisis, pero es sólo un concepto. Creo que podríamos resetear el sistema, que nadie debiera nada a nadie y todo se arreglaría”